El rol de los escritores protegiendo la cultura local
¿Cuando un autor elige escribir de manera irreflexiva acerca de un país extraño, uno que no es el suyo, no es ella otra clase de turista?
Los turistas llegan a destino con sus maletas y su crema para el sol, deseando tiempo tibio y soleado, playas arenosas y algo de cultura local. Ellos vienen, se quedan por un periodo de tiempo, y observan raramente entendiendo la tierra que estan visitando o su gente. Se sienten felices de ver la cultura no como una cosa viva sino como un artefacto encarcelado en museos. A la industria turística no le interesa preservar las culturas locales. Sólo le interesa la ganancia. Esta tóxica combinación de indiferencia ha devastado comunidades y ambientes frágiles en todo el mundo. Las Islas Canarias son un ejemplo de cultura local desalojada por ese gigante hedonismo.
Cuando el turismo significa más generadores de poder alimentados de petróleo crudo para desalinizar el agua que llenará piscinas privadas y agua en los cursos de golf, cuando el turismo significa dar permiso a vehículos para andar fuera del camino y destrozar suelos fragiles-aniquilado habitats locales, cuando el turismo da la espalda a la gente local, su cultura y sus tradiciones, sus edificios antiguos, sus básicas necesidades de buena vivienda y empleo seguro, entonces el turismo no tiene conciencia. Es inmoral.
La Literatura en su mejor exponente no lo es.
La Literatura ha tenido siempre un rol educativo para despertar la conciencia de la gente. Aunque limitada a una pequeña audiencia de lectores es crítica respecto a importantes temas. En el corazón de toda buena ficción yace una más profunda moralidad. La Literatura puede ser un agente de cambio, afectando la manera como los turistas miran, observan y sus actitudes, por lo menos operando un alejamiento del superficial consumismo hacia una más profunda empatía por las culturas visitadas y su medio ambiente.
Cada país produce su propia Literatura. La mayoría celebrará o criticará abierta o soslayadamente los puntos fuertes y debiles de su propia tierra. Algunos trabajos serán traducidos a otros idiomas. La mayoría permanecerá en la oscuridad por no alcanzar a un gran grupo de lectores. De Gabriel Garcia Márquez a Isabel Allende, los autores se esfuerzan por dar un retrato de la condición humana-o en las Islas Canarias Carlos Guillermo Domínguez, Luis León Barreto y Alberto Vázquez-Figueroa para nombrar solamente a tres.
Resistir el voraz apetito de la industria turística e intentar despertar en El Turista buenos hábitos éticos es difícil. El gobierno local puede imponer restricciones, activistas mobilizarse para salvar lugares locales. Enteras comunidades pueden unirse a la lucha de protección y protesta como se vió cuando el gobierno español otorgó al gigante petrolero Repsol los derechos de perforación frente a la costa de Lanzarote. Casi todas estas canpañas fueron llevadas a cabo por gente local acompañada por unos pocos conscientes individuos desde el exterior y otros preocupados por el medio-ambiente que llegados desde el exterior han elegido a las Islas Canarias como su hogar.
¿Es el rol del escritor, del autor local solamente componer trabajos que informen a los lectores incluyendo turistas de otros países, de los temas que confronta su comunidad? ¿Puede el activismo ser tan exclusivo?
Todos los escritores de ficción deben adherir su peso a la campaña. El autor extranjero tiene el deber moral de alertar a su audiencia de las complejidades de contexto, no menos que de donde se desarrolla la acción. De no ser así, el autor estara apropiando de ese lugar de escena sin dar nada a cambio tornandose así en una especie de ladrón, llenando así los apetitos del mercado Literario con más ficción de crimen, más acción, más romance, más escapismo.
Hay una definitiva oportunidad para los escritores de ficción en las Islas Canarias, ya sea por locales o escribiendo acerca de ellas. Los lectores disfrutan historias que tienen lugar donde ellos estan de vacaciones. Travel-fiction (ficción de viaje) se esta transformando en un género por si mismo. Malamente definido como lectura para llenar el ojo y pasar la página de libros con lugares interesantes-no necesita serlo.
No puede ser negado que irrespectivo de cuanta empatía el autor extranjero pueda tener, sus trabajos inevitablemente, basados en un limitado entendimiento de las condiciones locales, siempre perderá la más profunda esencia y algunos matices, las sensibilidades de una cultura adquirida a lo largo de una vida de conocimiento. Por esta razón, las novelas que se desarrollan en la Islas Canarias escritas por autores extranjeros pueden ser percibidas como intrusas, apropiadoras, y recibidas con burla o sarcasmo sobre aprecio, rechazadas como otra forma de imperialismo cultural.
Aún asi el activismo literario como la forma de elevar el conocimiento de los lectores no tiene límites geográficos. Los trabajos producidos en este espíritu son el resultado de la pasión. La pasión es el fuego que arde en el corazón del escritor y hace sus trabajos vibrantes y vivos. La pasión no tiene residencia fija.
La Literatura como todo arte, debería contribuir a la elevacion cultural y del medio ambiente en cualquier forma posible. Tiene el deber moral de informar y proveer profundo conocimiento, desafiando estereotipos, educando tanto como entreteniendo. De otra forma el autor de ficción, aún si es alguien que no pertenece al lugar, visitante, se reduce a ser sólo alguien que entretiene para satisfascer el mismo deseo de escapismo que lleva a turistas a climas extranjeros. – Artículo traducido por Miriam Valli